En clave negra con… Rosario Tey
“Lamentablemente, hoy en día es necesario ir al grano. Vivimos en una era tecnológica en la que anhelamos la inmediatez…”.
- Tirando de clichés, eres una autora hecha a sí misma, alguien que viene del barro; concretamente del siempre complejo mundo de la autopublicación en el que asumes la totalidad del proceso creativo del libro en su amplio espectro. Dar el salto a un gigante editorial como Planeta supone una disrupción con lo conocido. Cuéntanos un poco cómo se abordan las faraónicas campañas de marketing y hasta qué punto la autora es parte del proceso.
Mi primera publicación fue con una modesta editorial local. Al finalizar mi primera novela, dos buenas amigas, ávidas lectoras, la leyeron y me animaron a enviarla a alguna editorial. Decidí no dirigirme a las grandes, ya que intuí que no la leerían, y opté por enviar mi manuscrito a un par de editoriales más pequeñas. Mi primer editor, Ildefonso, un tipo excepcional, me dio la oportunidad de publicarla en papel. Meses después, decidí autopublicarla en Amazon en digital. Afortunadamente, la experiencia en esta plataforma fue muy positiva, lo que me llevó a seguir autopublicando mis obras.
Como bien dices, con la autopublicación asumes la totalidad del proceso creativo, algo que me encantó, a pesar del esfuerzo que conlleva. Sin embargo, luego llegó Planeta y me sentí más respaldada. Colaborar con una gran editorial te brinda seguridad y autoconfianza. Por supuesto, cuentan con un equipo de profesionales que se encarga de ofrecer más visibilidad a tu obra, aunque la implicación del autor es fundamental en las campañas de marketing.
Quiero señalar que publicar con una gran editorial es una excelente oportunidad, pero no me gusta idealizar demasiado esta opción. Conozco a muchos compañeros de letras que se frustran ante los rechazos de las grandes editoriales, por lo que la autopublicación me parece una alternativa fabulosa que nunca descarto.
- En “Elemental, querida Gabi” se gesta una ruptura diríamos que necesaria con los artificios que, muy a menudo aderezan a la novela hasta llevarla a un plano más terrenal. El conflicto, que a la postre es el que sostiene y lleva en volandas tanto a los protagonistas como a la propia historia, es mucho mejor y creíble cuando hablamos de cosas o sucesos que podrían pasarle a cualquiera. La autenticidad, implica. ¿No es así?
En “Elemental, querida Gabi”, la autenticidad fue fundamental. Siempre digo que mi objetivo es escribir lo que me gustaría leer. Busco crear personajes que podrían ser perfectamente reales, con sus imperfecciones, inseguridades y, por supuesto, sus conflictos internos. En el caso de Gabi, trabajé mucho en su evolución. Tanto que, al final de la novela, sentía que la conocía como si fuera parte de mi familia, y traté de transmitir esa conexión al lector.
- La simbiosis de géneros, que no solo enriquece a la literatura sino que a la postre amplifica mucho más el nicho de lectores potenciales. En “Elemental, querida Gabi” podemos encontrar una interesante mezcla de géneros que ha funcionado bastante bien. ¿Te planteas seguir en esa línea?
Me encantaría continuar explorando esta línea, especialmente porque disfruté mucho escribiendo comedia negra. Siento que esta simbiosis me ha enriquecido, a pesar de que salir de mi zona de confort no fue fácil. Venía de escribir cuatro novelas más románticas, y plantearme el cambio supuso un gran reto. Tanto, que enfrenté varios bloqueos preocupantes. Sin embargo, disfruté muchísimo llevando a los personajes a situaciones extremas. Me gustaría seguir en esta dirección un poco más, aunque tampoco descarto probar otros géneros. ¡Quién sabe! El género de terror también me fascina, jeje.
- Una de las cualidades que más gusta a tus lectores es la fuerza y vitalidad de tus personajes. En este caso, ¿pones límites a la hora de confeccionarlos o eres de las que piensa que también podemos enamorarnos del “malo malísimo”?
No, no pongo límites. Mi objetivo es entretener con mis obras, contando historias divertidas y fascinantes, pobladas de personajes memorables y giros inesperados. Quiero que mis relatos enganchen al lector desde la primera página. Trabajo en mi escritura a diario con ese propósito; poner límites sería contraproducente para alcanzar esa meta. Por supuesto, podemos enamorarnos del villano. Es probable que ese “malo malísimo” haya atravesado experiencias difíciles que lo llevaron a convertirse en lo que es. Ahondar en las distintas facetas de un personaje conlleva riesgos: puedes amarlo u odiarlo, y eso es lo que lo hace apasionante.
- Ahondando en tu faceta política, y viendo que no corren buenos tiempos en general, Cádiz en particular, arrastra lo que podríamos denominar una suerte de mal endémico que le impide prosperar. Viendo y analizando la situación con los ojos de la imparcialidad… ¿Qué solución o arreglo ves para la ciudad?
A esta pregunta te responderé como gaditana de pura cepa, que es por lo que me siento impulsada a involucrarme en la política de mi ciudad. Creo firmemente que Cádiz necesita una atención urgente y un trabajo arduo por parte de las administraciones. Es esencial cuidar nuestros servicios públicos, especialmente en sanidad y educación, que son pilares fundamentales para el desarrollo de nuestra población.
La crisis en el sistema sanitario es un desafío que se presenta a nivel nacional, y debemos abordarlo con seriedad. No obstante, considero que en Cádiz reforzar la educación es una decisión clave. Una población más educada y consciente del medio ambiente, la sostenibilidad y la defensa de nuestros derechos nos beneficiaría enormemente.
- Como autora de la tierra, ¿qué crees que supone la puesta de largo del Gaditanoir en una ciudad como Cádiz? ¿Echas en falta más iniciativa cultural?
Gaditanoir representa precisamente el tipo de iniciativa que necesitamos. Es fundamental fomentar más actividades culturales y contar con una mayor implicación por parte de la ciudadanía.
Estoy muy contenta de que se celebre en Cádiz el primer festival de novela negra y de que se haya contado conmigo para la programación. Sé que Kaizen Editores está trabajando duro para que podamos disfrutar de un evento literario excepcional. No tengo ninguna duda de que será el primero de muchos.
- Los grandes clásicos se distinguen, en su mayoría, por la apuesta de una prosa arbórea. La literatura evoluciona con el paso del tiempo, al igual que el lector. ¿Crees que en la actualidad se conecta mejor yendo un poco más al grano?
Lamentablemente, hoy en día es necesario ir al grano. Vivimos en una era tecnológica en la que anhelamos la inmediatez. Pero, considero que es una responsabilidad de todo aquel que escribe y se llama a sí mismo escritor no olvidar a los grandes clásicos. Yo me esfuerzo cada día por hacerlo. Busco mejorar en cada obra, leo y releo a los maestros con la intención de enriquecer mi prosa y perfeccionar mi estilo. Creo que es la única manera de progresar en el arte de contar historias.
- A la hora de tejer una nueva historia, ¿es Rosario Tey una observadora de la vida real o dejas la mente fluir a partir de un patrón inicial?
Absolutamente observadora. No hay nada más inspirador que la vida real, con esa mezcla de desafíos, alegrías y penas. Aunque mis obras sean cien por cien ficción, mi inspiración proviene de la familia, los amigos, los lugares extraordinarios a los que he viajado y de todas las experiencias inolvidables que he vivido y que espero poder vivir.
- Cuéntanos cómo es tu outfit de escritora. Cuando te sientas frente al teclado, ¿qué manías o ritos confesables te acompañan a la hora de escribir?
Mi outfit de escritora consiste en un chándal cómodo. Ya sabes, esa indumentaria de “vagabundo” que uno se pone para estar en casa, aunque tenga un centenar de pijamas monísimos de regalo. Busco, ante todo, la comodidad, especialmente porque tengo la fea costumbre de sentarme en posturas imposibles, algo que no consigo corregir. Sin embargo, no considero que mis manías sean demasiado extrañas. Me encanta mi cuarto de escritura; procuro mantenerlo muy ordenado y limpio. Es como mi templo, y mi mesa es el altar. Me gusta que todo esté siempre en el mismo sitio. Y, por supuesto, valoro mucho el silencio.
- Dinos tres títulos imprescindibles que no pueden faltar en tu estantería.
El cartero siempre llama mil veces de Andreu Martín y Jaume Ribera. Leí esta maravillosa novela juvenil cuando tenía unos doce años y fue entonces cuando descubrí que quería ser escritora.
Hamlet de William Shakespeare.
El Príncipe de las Mareas de Pat Conroy.
Muchas gracias por tu tiempo, Rosario. Te deseamos muchos éxitos y nos vemos pronto por el Gaditanoir.
Gracias a vosotros por esta maravillosa iniciativa cultural, que me emociona y me da la oportunidad de participar. Estoy a vuestra disposición para cualquier cosa que necesitéis.
Eres única 😍.
Haces que el lector se enganche en la lectura y creo que eso es lo más difícil y el gran reto de cualquier escritor/a. ( Tú lo has conseguido con tu cinco 📚 y ésto es para sentirse muy orgullosa).
Eres y seguirás siendo una escritora de éxito ❤️😘