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Entrevista a Alberto Caliani

El potente haz de luz inquisitorio del flexo de nuestra sala de interrogatorio se posa sobre nuestro siguiente invitado, que no es otro que el escritor ceutí Alberto Caliani. Un picapedrero de las palabras que, con la potente argamasa del ingenio y de una técnica depurada, ha ido salpimentado el panorama literario con historias que entusiasman al gran público, gracias —en buena parte— a unos personajes que logran extrapolar el sentido de la trama llevándolo a un maremágnum de sensaciones del que es casi imposible escapar.

Leer a Caliani es sentir miedo mientras ríes. Leer a Caliani es querer más y más página tras página.

Los que conocemos tu obra groso modo, podemos intuir a que tipo de libros nos vamos a enfrentar, pero situémonos en la piel de un lector que jamás ha leído a Alberto Caliani. ¿Qué se va a encontrar en sus historias?

Si algo llevo intentando desde que empecé a escribir, es diferenciarme al máximo del resto de mis compañeros autores. Da igual el género que toque —aunque la masa madre siempre es el thriller—, descubrirás que mis novelas no siguen los esquemas más ortodoxos del género. Mis ingredientes maestros: ritmo endiablado, acción, personajes que se te queden en la memoria, momentos descarnados, giros de guion y una buena dosis de sentido del humor.

Y dicen que unos villanos que dan mucho miedo.

“Siempre vienen de noche” cumple con una de las premisas fundamentales de los grandes libros: un inicio rompedor. A partir de ahí, ¿cómo va desentrañando la trama y los giros?, ¿todo parte de una idea inicial, o tenías diseñada la estructura completa de la historia.

Normalmente, sé de qué puerto zarpo y a qué puerto quiero llegar. El viaje, lo más interesante, es puro descubrimiento; me dejo llevar por la acción y los personajes. Muchos autores diseñan un mapa de ideas —o una escaleta, como prefiramos llamarlo—, y conocen de antemano todos los pasos que van a dar. Ojalá yo fuera de esos, porque me facilitaría mucho las cosas. Está claro que podría esforzarme y hacerlo, pero estoy convencido de que mis historias perderían frescura y, lo más importante, no me divertiría tanto escribiéndolas.

A mí la pareja que conforman Dino D’ Angelis y Neuit me parece divertidísima. Cuéntanos cómo surge.

Partimos de la base de que todas mis novelas comparten el mismo universo. Quise conectar «Siempre vienen de noche» con mi primera obra, «El secreto de Boca Verde», donde la tribu aipari aparece por primera vez, al igual que se menciona el río Amazonas, el Purús y el Arroyo del Paraíso. Neuit es un aipari, y lo que descubren Dino y sus amigos a bordo de los barcos de Francisco de Orellana, es algo que aparece en «El secreto de Boca Verde». Me pareció interesante que Dino trajera consigo un pequeño indígena al Viejo Mundo. Dino ha demostrado, desde «La sombra del impostor», que tiene un instinto paternal que contrasta con lo golfo y cruel que puede llegar a ser, y quise seguir explorando esta faceta con un mocoso que, para colmo, le da la réplica cada dos por tres, en divertidos duelos dialécticos en el que el mozo a veces resulta vencedor, hablando un castellano más que discutible. Tuve muchas dudas a la hora de introducir a Neuit en la obra, pero ahora no solo no me arrepiento, sino que se ha convertido en uno de los personajes favoritos de mis lectores.

¿Qué ha cambiado de aquel Caliani que provenía de editoriales modestas con respecto al de ahora?

Personalmente, poquísimo. Conservo amigos de la niñez que se sorprenden de que no haya cambiado prácticamente nada desde tiempos del instituto (con menos pelo, eso sí). Como autor, ahora tengo muchísimo más oficio, soltura y calidad que cuando comencé a escribir. Y también como autor, antes no sabía si alguna editorial querría publicar mi siguiente obra. Esa incertidumbre, gracias a Dios, es cosa del pasado.

Volviendo a Dino y a Neuit, como personajes principales, me ha resultado interesante la aportación de ambos en la trama de “Siempre vienen de noche”. En una historia con tantos personajes y alguna que otra subtrama que justifica a la matriz, es importante que haya personajes como ellos que cuiden el balance a la hora de contar la historia a través de los diálogos, ¿no crees?

Yo soy un autor amante de los diálogos. Los prefiero a las descripciones y al conocimiento que pueda aportar el narrador. Y si esos diálogos están cargados de ingenio y humor, mejor que mejor.

En redes, donde todo se polariza al extremo, hemos visto cierto debate a la hora de catalogar tu obra entre la histórica y el thriller. ¿Dónde la sitúas tú?

En el fondo, todas mis novelas podrían resumirse en un género: thriller de aventuras. Es cierto que comencé a publicar con Penguin Random House en histórica, porque, según la editorial, era la mejor forma de lanzarme en ese momento. Después de tres obras, han entendido (también porque se lo he demostrado) que soy un autor versátil, que no se encasilla en un género. De hecho, para 2025 saldrá una novela que se desarrolla en la actualidad. Aunque no olvidemos que, al igual que el resto, tiene lugar dentro de mi propio universo.

¿Hasta qué punto es ambicioso Alberto Caliani?, respecto a tus libros ¿te conformas con entretener o buscas algo más?

Mi principal objetivo es entretener. Es lo que más me gusta y lo que mejor sé hacer. Prefiero ser un Michael Bay o un Frank Miller literario que un Bergman o Buñuel. Pero ojo, me gusta entretener dando la máxima calidad posible. Las cosas que hago, me gusta hacerlas bien. Y respecto a la ambición que hablas: el cielo es el límite. Lucho a diario porque mis obras lleguen cada vez a más lectores, y poco a poco lo voy consiguiendo.

¿Cuál ha sido el manuscrito que te ha exigido más?

Todos tienen su trabajo, pero la novela que estoy escribiendo ahora, y que si todo va bien se publicará el año que viene, tiene una trama tan compleja que me está dando muchos quebraderos de cabeza. Es como derramar la caja de un puzle sobre la mesa e intentar que todo encaje, pero con la diferencia de que no tienes una ilustración en la cubierta que te sirva de referencia. Esa también tengo que diseñarla yo. Una locura.

En el panorama literario actual, fama y prestigio ¿van de la mano? Un libro vendible no tiene que ser precisamente bueno, y viceversa. ¿Qué piensas al respecto?

No. Hay libros excelentes que no venden ni doscientas copias, y libros increíblemente mal escritos, con una calidad literaria ínfima, que se venden a millones a lo largo y ancho de este mundo. Son las leyes del mercado, y satisfacen las exigencias de cierto tipo de público. ¿Qué qué pienso al respecto? Benditos sean todos los libros que vendan millones, porque ellos nos permitirán seguir publicando a los que no vendemos esas cantidades.

Vamos a por el Caliani más personal. Cuéntanos un vicio, rito o manía confesable que tengas a la hora sentarte frente al teclado

Le entro al café por las mañanas más de lo que a mi tensiómetro le gustaría. Lo primero que hago, más que vicio, es control: tengo una EXCEL en la que apunto la fecha, el capítulo en el que voy a trabajar y las palabras que he escrito al final de la jornada. Hoy, por ejemplo, no voy a trabajar, así que pondré como nota: 13/09 – 0 palabras – Entrevista con Luis y otros quehaceres.

Estamos siendo testigos de la irrupción de una gran cantidad de festivales de novela negra dentro del panorama nacional, lo cual es una gran noticia. En este sentido, ¿crees que la novedad del próximo Gaditanoir puede llegar a gozar del recorrido suficiente?

Desconozco cuántos festivales de novela negra se celebran por el sur, pero cualquier iniciativa para promover la lectura cuenta con mi aprobación y apoyo. Y el nombre del festival mola: cuando supe que se llamaba Gaditanoir, ¡acepté sin pensármelo dos veces!

El día de mañana, ¿cómo te gustaría ser recordado en el mundo de la literatura?

    Como un tipo que divirtió a quienes lo leyeron.

    Y para acabar, dinos tres títulos imprescindibles que no pueden faltar en tu estantería.

      It, de Stephen King, El señor de los anillos, de Tolkien y la bibliografía completa de Boris Vian.

      Muchas gracias por acercarte a nuestra sala de interrogatorio, agradecemos tu amabilidad y tiempo. ¡Larga vida y buenos libros!

      Gracias a vosotros. A vuestra disposición.

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